Ya estaba de regreso a casa al parecer no había
nadie y lo único que quería era ver a Tom, así que me arme de valor subí las
escaleras y toque la puerta de su habitación.
Él abrió la puerta y no le di tiempo para decir
nada, lo abrace fuertemente sin parar de llorar haciendo que entráramos a su
habitación. – ¡tenias razón, yo no sabia
nada de él Tom lo siento!
Él me
respondo aquel abrazo y me da un beso en la cabeza. – Bella tranquila, yo estoy
para ti…
Lo quedo mirando al escuchar la calidez de sus
palabras, ¿hablaba enserio? Y… siento como nuestros corazones laten como si
fuesen a explotar. Observe sus labios carnosos, y luego a sus ojos en ese
instante solo deseaba besarlo, hasta que no aguante la tentación y lo bese. Él
respondía cada beso que le daba, luego siguieron las caricias que cada uno le
daba al otro sin separar nuestros labios.
A nuestro alrededor todo cambiaba, aquel beso que
comenzó siendo tierno e inocente se transformaba en pasión y deseo por tener al
otro. En la habitación ya no éramos Tom y yo, si no que eran dos llamas de
fuego tratando de sobrevivir y formar un solo ser, deseaba cada caricia, cada
beso que recibía de esa persona, disfrutaba y apreciaba los segundos que
pasaban, todo parecía un sueño, el mejor sueño que podía tener y del que tenia
miedo de abrir nuevamente mis ojos. ¿Será que desde aquella vez que choque con
él me enamore de Tom?
Era de día los pajarillos cantaban como nunca, miro
a mí alrededor al parecer lo de anoche no había sido un sueño, con un poco de
miedo miro a un costado encontrándome con otro cuerpo observando cada
movimiento que daba.
–Buenos días dormilona. – dice dulcemente mientras soltaba una
sonrisa.
Me ruborizo
al sentir sus manos acariciando mi cabeza y le respondo. – buenos días.
–¿Cómo
amaneciste?
No pude evitar
soltar una pequeña sonrisa. –Con hambre,
pero ya me siento mejor gracias.
– así parece, tu sonrisa te delata.
– eso creo…
Nos quedamos
mirando por un par de minutos, acariciando nuestros rostros. ¿Es que todo esto
era real?, siempre nos hemos llevado tan mal y hoy… hoy estamos frente a frente
desnudos mirándonos… ¿¡desnudos, no fue un sueño!? Lo mire y me mire un tanto
asustada, me tapo completamente con la sabana dejando mis ojos a la vista y
nuevamente observo a Tom que reía a carcajadas.
– ¿Qué haces?
–
¡tu abusaste de mí, me drogaste y hecho lo que has querido!
– ¿Cómo
piensas eso si la que llego y me beso primero fuiste tú?, ¿ya no lo
recuerdas? – dice entre carcajadas.
Amm… eso era
verdad. – lo siento…
–siempre
dices lo mismo. – se acomoda y me
abraza. – ¿será que siempre seremos de
esta manera?
– Tal vez, pero así te quiero Tom.
– yo también te quiero Bella.
Nos separamos, volvimos a mirar y sellamos nuestra
confesión con un beso. – vete a bañar,
te esperare fuera para que bajemos a desayunar.
– está
bien. – le doy un último beso, le quito la sabana y me voy a mi habitación,
busque ropa limpia, luego me fui a bañar.
Cuando ya estaba lista Salí de mi habitación y como
no vi a Tom baje para desayudar.
– ¡buen día
Bella!
–buen día
Bill, ¿Cómo amaneciste?
–muy
bien gracias, y no te preguntare como amaneciste porque te vez muy bien.
– Bella
¿me harías el favor de sentarte? Muero de hambre.
Tratando de no reír me siento. – claro, claro yo igual muero de hambre.
Mientras desayunábamos sentía miradas las cuales
creía que eran de Tom y yo las seguía, pero cuando lo miraba él miraba su
desayuno y seguía comiendo. No paso mucho tiempo hasta que Bill se da cuenta de
esto.
– ¿qué es lo que esta pasando aquí? Veo que se han
reconciliado. – dice muy divertido.
– Bill estás
siego, no pasa nada.
– ¿Cómo que no pasa nada si no dejas de mirar a
Bella? Además… hacen una linda pareja, y ella debe de estar de acuerdo conmigo,
¿no es así Bella?
Al escuchar eso me trapico con el té que estaba
tomando en ese momento, la respiración se me cortaba poco a poco y los chicos
se asustan mucho, por suerte no pasa a mayores y a los pocos segundos pude
incorporarme, sonreí y le respondo. – Bill estás loco en realidad entre Tom y
yo no pasa nada.
– ¿Bella te sientes bien?
– claro Tom,
solo me trapique.
– ¡uy! Si mi hermano mayor se preocupa por su
chica.
– bueno si estas bien yo los dejo, tengo cosas que
hacer. – primero me mira a mi y luego a
Bill cerrándole un ojo, se para y sale de la cocina dejándonos solos.
– ahora me contaras lo que paso entre
ustedes dos porque no me trago el “no ha pasado nada”.
¿Qué hacia en ese momento?, Bill me había
descubierto, pero justo tocan el timbre… ¡el timbre, he sido salvada por la
campana! – están tocando iré abrir. – me paro y voy a ver quien es.
– ¡de esta no
te salvas Bella! – me grita desde la cocina.