jueves, 9 de agosto de 2012

Capitulo 7

Aquella noche intento dormir, pero en la cabeza del chico había algo que no se lo permitía. – Si lo sabia perfectamente era ese coraje que le tenia a Isabella, en fin no puedo dormir y la noche es joven ¿Qué mejor que salir a distraerse? No era una mala idea en lo absoluto.

– ¡hey espera un segundo!, ¿Cómo sabes lo que pensaba ese chico? – dijo uno de los que escuchaban la historia.

– me lo platico mi mejor amigo… él para los gemelos Kaulitz es como su almohada, ellos se cuentan todo junto a otro chico, ellos cuatro no tienen secretos entre si.

– que interesante… ¿nos sigues contando que sucedió después?

– por supuesto…en aquel entonces me sorprendía de como el mundo podía llegar a ser
tan pequeño, como dos seres pueden tener a una o más personas en común. Él fue sincero conmigo, no era un psicópata ni nada de eso… mientras que yo soy una falsa.
Estaba acostada en mi cama pensando, analizando y como iba hacer para que Thomas me perdonara. En ese instante sentí golpear la puerta, era mi mejor amigo y por inercia lo abrace fuerte…

El corresponde a mi abrazo y asiente. – Bella… ¿Qué sucede?

– quiero un abrazo… Gustav no sé porque me duele lo que sucedió…

– Bella tu sientes algo por Tom, aunque no quieras asimilarlo
– ¿yo sentir algo por ese sujeto que me dijo enferma?, ¿sentir algo por ese sujeto tan egocéntrico? ¡Por favor Gus me sorprendes, sabes perfectamente como son mis gustos! Además… ¡tengo novio, que no se te olvide que estoy con Jared y lo amo!

– eso es lo que tratas de creer, es así como quieres que sean las cosas, pero tu corazón te dice lo contrario. – después de aquellas palabras se va, dejándome sola en aquellas cuatro paredes.

Pasaron los días, no sabía absolutamente nada de mi mejor amigo y mucho mejor de aquel chico que tocaba con él. Aun seguía trabajando con Dior y seguía viendo a… Derek, si bien ya no me maltrataba psicológicamente por así decirlo ahora me evitaba pero me sentía mejor ya era un paso que habíamos dado… creo.
Aun puedo recordar aquel día, era viernes en la tarde, yo estaba en casa descansando.

Todo comienza con un simple sismo que cada vez más fuerte, me estaba asustado y estaba en el en el segundo piso, no podía escapar así que como pude me fui a una de las paredes de mi habitación y me quede hay en posición fetal, sintiendo como mi hogar se iba abajo.

Vi mi vida en un segundo, en especial aquellos momentos que pase junto a Thomas, iba a morir aplastada sin poder hablar con él, sin poder pedirle disculpas y sin decirle lo que sentía por él. El ruido ahogaba mis gritos y llanto, sentía que algo me aplastaba fuertemente una de mis piernas, cerré mis ojos sin dejar de pensar.
Sentía como sacaban los estorbos, en especial una voz dulce pero grave a la vez, asustadiza como la de un niño que ha perdido su juguete favorito pero a la vez con tanto alivio de haberlo encontrado. Abrí mis ojos y estaba hay gritando mi nombre se arrodillo frente a mi y junto a los rescatistas me sacaron.

Me toma en brazos, yo lo abrazo fuerte sin dejar de llorar. – ¡Tom tenía miedo, tenía miedo de no volverte a ver!
  –ya estoy contigo Bella, todo ha pasado y te encontramos viva que es lo que importa.

– ¡creía que iba a morir, de verdad tenía mucho miedo!

Me deja recostada en una camilla que estaba cerca del lugar del desastre y dice. – ya todo paso Bella, ahora cierra tus ojos después de esto tienes que descansar.
Lo mire con mis ojos inundados de lágrimas  las cuales él las seca con sus largos y a la vez no tan gruesos dedos. Se empieza acercar lentamente a mí, vi sus labios muy cerca mío en ese instante cirros mis ojos esperando que lo que tenia que suceder en aquel instante sucediera, en vez de eso levanto lentamente mis parpados y visualizo una habitación blanca...

– ¿Dónde estoy? – digo algo aturdida.

     – ¡Bella despertaste!

– ¿Dónde está Tom?

– estas en el hospital, estabas en estado de shock cuando te sacaron los rescatistas y por lo de Tom el debe de estar en su casa, supongo si es que no se ha ido de fiesta, ¿Por qué la pregunta?

Pero… ¡si él me salvo, me saco de ese lugar!, ¿Por qué no está conmigo?... al parecer… solo fue un sueño. – no… por nada, ¿Qué fue lo que sucedió?

  – hubo un sismo muy fuerte, tu casa colapso y se vino abajo contigo a dentro, yo estaba afuera y vi como todo se iba a bajo en ese momento no pude hacer nada así que llame a los bomberos y una ambulancia. Tienes tu pie derecho fracturado  y por suerte no ocurrió nada grave que lamentar.

   – ¿has llamado a Jared?

             – ¿para qué voy a llamar a ese bueno para nada? Bella sabes que con ese sujeto no nos llevamos bien y tu sabes perfectamente porque.

  – lo siento, Gustav… ¿Qué voy hacer ahora? No tengo donde vivir y he perdido todo.

  – amiga mía pudieron sacar una maleta y un poco de ropa, así que no perdiste todo y lo otro, le he pedido a un amigo que te aloje hasta que encuentres una casa, no te preocupes que todo está solucionado.

        – eso espero…

Después de eso el médico me reviso y me dio el alta, mi mejor amigo fue tan lindo de comprar algo para poder cambiarme e irnos a la casa de su amigo, me iba a sentir extraña en un lugar donde no conocía a nadie, y sin Gustav me sentiría muy sola.

 – ¡hemos llegado!

           – ¿es aquí?  – dije mirando hacia afuera.  –¡es más grande que mi propia casa!, Gustav… ¿estará bien si me quedo?
  – claro que si, hable con él y me dijo que no había problemas en que te quedaras.
Suspiro y asiento. – está bien Gustav, me convenciste.

Se bajo del auto dejándome adentro, toco el timbre, dijo unas palabras que no pude descifrar. Abrí la puerta del auto para poder bajar y en eso sale alguien, de pelo rubio platinado, por cierto muy guapo me miro sonriente y se acerco a mi.

   – ¡hola Bella!, espero que te sientas muy cómoda con nosotros, para mi y mi hermano será un gusto tenerte aquí, te puedes quedar el tiempo que desees.

        – emm… gracias, pero solo me quedare hasta que me quiten el yeso, pueda conseguir una casa.

  –ven, te ayudo a entrar a la casa porque si nos quedamos aquí pensaran lo peor.

Entramos a casa, Gus llevo la maleta que no me acordaba que tenía. Era muy grande esa casa, miento no era una casa era una mansión pero  era muy linda, llena de vegetación me gustaba mucho y por dentro era más impresionante. Me sentó en el sillón de la sala de estar, frente a una enorme escalera que daba al segundo piso y grita el nombre de Tom, no pensé nada malo porque en este mundo existen muchas personas con ese nombre, pero me había equivocado, él bajaba poco a poco, no me lo podía creer ¿yo y Tom bajo el mismo techo?

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